Somos Dayana Quintas y Roberto Villarroel, ambos
de Caracas, de los sectores populares, Roberto creció
entre Coche y el Valle, yo en Catia, actualmente
cumplimos 3 años que llegamos a España.
Desde que llegamos teníamos la idea de emprender,
sin embargo, no nos arriesgamos porque nuestro
presupuesto era limitado y no conocíamos el mercado,
finalmente Roberto se queda sin empleo y lo
vimos como una oportunidad, un “es ahora o nunca”
y nos pusimos en marcha con nuestro emprendimiento,
los dos somos abogados (estudiamos juntos
la carrera), yo además hice varios semestres de
estudios políticos, pero no pude terminar debido a la
situación país.
¡Nos gusta mucho trabajar juntos! en Venezuela
siempre trabajamos juntos, así que era algo que extrañamos,
además nos encanta cocinar y comer ni
se diga, pero lo mejor de todo, sin duda, es llevar un
poquito de Venezuela a todos nuestros comensales,
que nos cuenten los recuerdos que se les vienen a la
mente con nuestra comida y saber que generamos
esas emociones, que al comer nuestros productos
quieren llevarles a sus familiares, hacen planes para
traerlos, les mandan fotos o los llaman porque no
están aquí y recuerdan momentos juntos, ser parte
de esa magia que genera nuestra comida y nuestros
sabores es indiscutiblemente lo mejor.
Nuestra estrategia es simple, dar lo mejor de nosotros
mismos en cada elaboración y con cada cliente,
no solo nos esmeramos porque las cosas queden
deliciosas, también nos esforzamos en que cada
persona que nos visita se sienta como en su casa,
alimentamos y cuidamos de nuestros clientes pensando
en todas las madres y padres que siguen
en Venezuela y tienen a sus hijos lejos; a nuestros
comensales de otras nacionalidades les mostramos
lo más maravilloso de la comida venezolana, porque
una vez que migras dejas de ser Dayana o Roberto,
nos convertimos en parte de un grupo mucho más
grande “Los Venezolanos”, así que hay que hacerlo
tan bien como sea posible en nombre de todos.
Desde que pisamos el Mercado de Maravillas por primera
vez supimos que era aquí, definitivamente hay
un ambiente que te hace sentir más cerca de casa.